La preocupación por nuestro aspecto estético es una característica que nos precede desde las civilizaciones más antiguas.
La búsqueda de un aspecto “bello”, es una constante que se ha mantenido en el tiempo y para el que se han utilizado elementos cosméticos como maquillajes, ungüentos, mascarillas hechas con plantas, bayas, etc. Todo aquello que la naturaleza podía ofrecernos para ser utilizado con este fin.
En la actualidad, y tras el desarrollo tecnológico y los conocimientos científicos sobre nutrición y principios activos de la naturaleza, se ha permitido que la perspectiva estética alcance un fin que va más allá de “lo que se ve”. Esto nos permite orientar el área de la cosmética y la estética desde un punto de vista celular.
La piel es un órgano grande en superficie. Tiene un grosor que oscila dependiendo de su localización. La capa más externa de la piel es la epidermis, la siguien