Aunque los resfriados y la gripe rara vez son potencialmente causa de enfermedades graves, se pierden muchos días de trabajo y a veces se tienen que cancelar reuniones o citas debido a un exceso de secreción nasal, dolor de garganta y tos. Se calcula que, todos los años, aproximadamente el 70 por ciento de las personas padece resfriados, el 29% gripe, el 57 % tos y dolor de garganta y el 46 % tiene el molesto síntoma de tener la nariz tapada, todo un catálogo de molestias.
La salud inmunológica depende de muchos factores, entre ellos dormir. Dormir lo suficiente y una buena dieta equilibrada que incluya una amplia combinación de vitaminas, minerales y nutrientes. Sin embargo, hay ocasiones en que el sistema inmunológico puede necesitar ayuda, por ejemplo durante un resfriado o una infección.
Muchos medicamentos tienen efectos muy potentes y pueden detener los síntomas del resfriado muy rápidamente, pero muchos profesionales de la salud defienden otras ayudas siguiendo una estrategia más holística para tratar las infecciones, permitiendo que el cuerpo sane por sí solo. De hecho, algunos de los síntomas, como la secreción nasal, son la forma natural de expulsar los virus y bacterias y por eso debemos dejar que sigan su curso. Pero sí hay algunas cosas que todos podemos hacer para favorecer las defensas de nuestro propio cuerpo, por ejemplo:
- Añadir más cereales integrales y verduras a la dieta.
- Reducir la ingesta de azúcar y alcohol.
- Aumentar el aporte de nutrientes antiestrés, como alimentos y/o complementos alimenticios con alto contenido de vitaminas B, vitamina C y magnesio.
- Beber por lo menos seis vasos de 250 ml de agua pura al día.
- Aumentar la ingesta de alimentos ricos en carotenoides y también de los que contienen gran cantidad de zinc y vitamina C
- Alimentar las propias defensas con alimentos ricos en bayas de saúco (fruta) y beta-glucanos (gachas de avena) o con complementos alimenticios de extractos concentrados.